EL VALOR DE LA AMABILIDAD
A todos o por lo menos a la mayoría de nosotros nos han dicho que debemos ser amables con los demás, debemos darles un trato respetuoso y ser ‘buena onda’ con todos. Sin embargo, ¿Te has preguntado el por qué? ¿Qué beneficios me trae el ser amable? ¿Qué sucedería si no lo hiciera así?
Por eso, en esta ocasión quiero nombrarte algunos de los beneficios que obtienes al ser amable con la gente que te rodea. Antes que nada, debemos dejar en claro que el ser amable es una actitud que nace espontáneamente, de forma natural, sin ningún tipo de interés, más que ese, el de ser agradable y respetuoso con la otra persona.
Si bien, no somos amables para obtener algún beneficio, el serlo nos trae varios sin necesidad de buscarlos. Cuando eres amable con los demás logras relaciones personales, laborales o sentimentales mucho más sólidas, ya que de esta forma demuestras el interés y afecto que tienes con la persona en cuestión; recuerda que una acción vale más que mil palabras.
Esto nos lleva al siguiente punto, el ser amable no es hablarle ‘bonito’ o con ciertas palabras a otra persona solamente, la amabilidad viene en paquete completo: palabras + acción. No vale de nada decir palabras sin fundamento o decir palabras que al final no se verán reflejadas en una acción. Aquí es donde entra la coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos. Cuida siempre ser íntegro entre tus pensamientos y acciones.
Sin duda, otro de los beneficios que te otorgará el ser amable son: las relaciones públicas. No hay mejor manera de crear contactos que la amabilidad, ya que con este tipo de actitudes demuestras la honestidad e integridad que posees como individuo. Es por ello que no debes descuidar este punto en tu ámbito laboral, ya que te dará muchos puntos extra en tu carrera profesional.
Recuerda, ser amable es una habilidad que puedes adquirir en el momento en el que tú lo desees, sólo basta con que así lo quieras y empieces a aplicarla en tu vida diaria. www.adrianaparamo.com